Este proyecto consistió en la implementación de una instalación solar fotovoltaica en modalidad de autoconsumo para un establecimiento turístico, diseñada para optimizar el consumo energético del complejo mediante el aprovechamiento de la energía solar. Una de las particularidades de este proyecto fue la integración de los captadores fotovoltaicos con las instalaciones existentes, logrando una solución funcional y eficiente que se adaptó perfectamente a la infraestructura preexistente. Desde el inicio, se priorizó una integración arquitectónica cuidada, asegurando que los paneles solares se integraran de manera armónica con el diseño del edificio y respetaran la estética del entorno. Este enfoque permitió no solo minimizar el impacto visual, sino también aprovechar al máximo los recursos estructurales y técnicos ya disponibles, optimizando los costes de implantación y reduciendo el tiempo de ejecución.

La instalación garantiza una reducción significativa de la dependencia del complejo respecto a la red eléctrica convencional, maximizando la producción energética a través de tecnologías de última generación que combinan alto rendimiento y sostenibilidad. Además, esta integración con las instalaciones existentes refuerza la operatividad del sistema global y asegura un funcionamiento eficiente y seguro. Este proyecto representa un claro ejemplo de cómo las energías renovables pueden incorporarse en infraestructuras turísticas ya operativas, ofreciendo una solución que no solo responde a las necesidades energéticas del establecimiento, sino que también mejora su sostenibilidad, refuerza su compromiso con el medio ambiente y mantiene su atractivo visual.